lunes, octubre 09, 2017

.

Tuve dos momentos en mi vida a los que podria decir de imbuidos de eso que los religiosos dan en llamar "Gracia". O eso creo. Momento de total plenitud, instantes en los que 'todo se detiene' y por un momento inaprehensible Cobra Sentido de modo Completo, la paz llena cada rincon, y es sucedida de inmediato por un gozo infinito, hasta las lagrimas. Un gozo que premia la pena de la inhaprehensibilidad de ese instante fugaz. Ambos momentos tienen en comun, una simultanea sensacion de madurez y de absoluto gozo infantil. De grandeza inabarcable e pequeñez infinita. De esa cosa esquiva de sentirse parte Con Todas Las Cosas.
El primero, tuvo como escenario el mas majestuoso entre todos los posibles. El cielo en una noche sin luna y de atmosfera pristina. Tuvo como 'pivote', La Grandeza mas Grande. Me enrolle un porro, del grosor de mi dedo meñique, y me lo fume completo, yo sola, de principio a fin. Espere a sentirme 'en la cima', y sali afuera. Camine hasta el centro aproximado de un potrero y mire hacia arriba, hacia Sagitario, hacia el centro aproximado de la galaxia y en esa casi total quietud me detuve. Casi total porque lejos y cerca, rodeandome e invadiendome y conmigo como una parte mas, sentia el latir de La Vida: vacas mugiendo y terneros balando a sus madres, bichos; a lo lejos, el reflejo tenue de ciudades y pueblos en la atmosfera daban una nocion de La Escala. El pasto crujiendo bajo los pies. Y las estrellas aparentemente inmoviles sobre mi cabeza. Todo poco a poco invadiendome los sentidos... pronto y sin aviso, Saturandolos. Y en ese momento llego. Ver con el Ojo de La Mente y con un lenguaje proporcionado por titanes en ese momento ridiculamente empequeñecidos al extremo de la ternura, pero tambien por completo despojado de sentido, un lenguaje totalmente redundante, por un instante Entender, la Unidad de todo eso. El como cada una de las cosas tibias y fragiles que me rodeaban, acompañaban, y yo misma era, Ahi, eran Uno con los millones de hornos nucleares que brillaban arriba mio, y el como debian su existencia a la muerte agonicamente lenta de muchos y a la cataclisimica de uno o pocos ellos, arremolinados en torno a una depresion en espacio-y-tiempo. El vertigo inicial de la falta de referencia por un piso esencialemente negro por la oscuridad desvanecido, ocupado por una quietud y serenidad, la Completa Certeza de que, Pase Lo Que Pase, Todo Estaria Bien.
Y el segundo, el de la pequeñez de una intimidad simple. Lo humildemente pequeño. Paso sin buscarlo, como pasa con las mejores cosas. Como paso con Encontrarnos. El recostarme desnuda al lado tuyo. Y asi, sin esperarlo, Sentirte. Simplemente sentirte y dejarme invadir. Apoyar mi pecho contra esa espalda que desde el primer instante encontre Majestuosa, la mas bella que vi jamas, rodearte por la cintura con mi brazo, y Sentir Lo Vivo en Vos. Y mientras te sentia latir y respirar, notar como nuestros pulsos se sincronizaban, latiendo en un unisono profundo. Sentirte la piel, el cuerpo, tu calor. Tu Olor. Olerte y sentirme invadida por ese, el mas antiguo de los nexos, ese que se hunde en las entrañas mas antiguas y profundas de la mente, tan antiguo y de un lenguaje tan arcano como la vida misma. Acariciarte, y sentir como, en ese sueño profundo de respiracion pausada, Respondias. Sentir que me Sentias, aun desde Las Profundidades. Algo despojado de ropa, de internet y luz electrica, de wifi y agua caliente... de abalorios, conectada con Algo Antiguo y Primario. Sonreir en llanto y que la congoja me invadiese, lagrimas recorriendome las mejillas, Sentir Agradecimiento al Cosmos por tu Existencia, ahi, y entonces, en ese momento, juntos, junto a todas las cosas, junto a esa cama, en ese cuarto, toda esa ciudad soporienta con sus tramas de calles latiendo como nosotros, iluminada de amarillo con su luz entrando por la ventana, en ese calor de verano, bajo ese cielo nocturno, junto a aquella fogata, aquella madera ardiente, aquellos arboles, aquellas brisas, aquellas hojas, aquellas presas, aquellos bosques, praderas, sabanas y desiertos, Pasado, Presente y Futuro, el producto Tibio Efimero y Hermoso de aquellos Hornos de Creacion. Consciente de modo inobstrusivo de toda esta complejidad extaordinaria tan a la vez irrelevante que finalmente se disuelve y se escapa para solo quedar, en toda su Extraordinaria Escencia, Dos Animalitos latiendo y respirando al unisono bajo esa boveda estrellada. Colmada de Paz, la mas hermosa de las sensaciones de placidez: Cobijo. Juntos, Uno con ese mismo Remolino de Devenir. Bajo aquel cielo estrellado, A Salvo.

Л.//for You